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miércoles, 31 de diciembre de 2014

A LA MILONGA



Poema lunfardo

Música:
Letra: Martina Iñíguez

Me pregunto qué tiene la milonga
pa' fajarnos el zurdo tan de adentro...
Nació en el arrabal, se vino al Centro
y nos copó su porte de pindonga.

¡Qué curdela feroz su arrullo posta,
qué falopa butén su firulete,
vital como el fragante ramillete
de rosas de una antigua calle angosta!

Impuso su glamour como ninguna
siguiendo el son de un ritmo retrechero,
y en su loco puntear de patio y luna

la viola se escabió hasta el clavijero.
Porque sos de mi cuore la fortuna
¡che milonga, te quiero!


A LA MEMORIA DE JORGE NEWBERY



Estilo 1915

Música: Carlos Gardel / José Razzano
Letra: Carlos Gardel / José Razzano

En un abrazo inmortal
la guitarra y el poeta,
sollozan por el atleta
de la Aviación Nacional...
¡Newbery, el cóndor genial
que fue en sublime locura
a seis mil metros de altura
rompiendo brumas ignotas,
cayó con las alas rotas
en la negra sepultura!

¡Columna del pensamiento
que ha derribado el destino,
ya cada pecho argentino
te consagra un monumento!
¡Titán que al rayo y al viento
desafió en su trayectoria,
no morirá tu memoria,
serás grande entre los grandes,
aunque el laurel de los Andes
no resplandezca en tu gloria!

¡Duerme, gran americano
en sepulcro de granito,
has entrado al infinito
volando en tu monoplano!
¡Tú, como el mártir cristiano,
mueres mirando a la Esfera;
y como Roldán dijera
quisiste en tu arrebol,
robar el disco del Sol
para usarlo en tu bandera!




A LA MÁS LINDA DEL BARRIO



Milonga

Música: Juan José Guichandut
Letra: Celedonio Flores

 (Recitado)
La más bonita del baile
que cantara le pidió,
tosió pa’ entonarse el pecho
cachó la viola y cantó:

Sos el bordado lujoso
adorno de mi alpargata,
la empuñadura de plata
de mi cuchillo filoso.
Sos el acento armonioso
del fuelle que gime y llora,
la cadencia tentadora
del tango del barrio bajo...
Y sos la marca del tajo
de la mano vengadora.

Sos la fija batacazo
que se hace y da buen sport,
sos la voz del tallador
que domina el escolazo,
de las cuarenta del mazo
sos la carta salidora,
sos la banca tentadora
por la que siempre me seco...
Y sos el colgante fleco
de esta guitarra sonora.

Sos franja de mi león,
requinte de mi sombrero,
sos el remanye carrero
de mi fama de matón.
Mi saco negro y cortón
mi porra lustrosa y ruana,
y es tu cariño bacana
la que me guía y me encumbra...
Y eres el sol que me alumbra
cuando salgo de la cana.


A LA LUZ DEL CANDIL



Tango 1927

Música: Carlos Vicente Geroni Flores
Letra: Julio Navarrine

¿Me da su permiso, señor comisario?
Disculpe si vengo tan mal entrazao,
yo soy forastero y he caido al Rosario,
trayendo en los tientos un güen entripao.
Acaso usted piense que soy un matrero,
yo soy gaucho honrado a carta cabal,
no soy un borracho ni soy un cuatrero;
¡Señor comisario... yo soy criminal!...

¡Arrésteme, sargento,
y póngame cadenas!...
¡Si soy un delincuente,
que me perdone Dios!

Yo he sido un criollo güeno,
me llamo Alberto Arenas.
¡Señor... me traicionaban,
y los maté a los dos!
Mi china fue malvada,
mi amigo era un sotreta;
cuando me fui a otro pago
me basureó la infiel.
Las pruebas de la infamia
las traigo en la maleta:
¡las trenzas de mi china
y el corazón de él!

¡Párese, sargento, que no me retobo!...
Yo quiero que sepan la verdad de a mil...
La noche era oscura como boca'e lobo;
Testigo, solito, la luz de un candil.
Total, casi nada: un beso en la sombra...
Dos cuerpos cayeron, y una maldición;
y allí, comisario, si usted no se asombra,
yo encontré dos vainas para mi facón.

¡Arrésteme, sargento,
y póngame cadenas!...
¡Si soy un delincuente,
que me perdone Dios!


A LA LUZ DE LA LUNA



Foxtrot

Música: Ramón Collazo
Letra: Víctor Soliño

Asómate a la ventana, tesoro mío,
que quiero escuchar tus frases embriagadoras;
no tardes que los minutos parecen horas
para este pobre mendigo que pide amor.

Mientras la luna de plata
baña de luz tu balcón
se escucha la serenata
que parte del callejón.
Y en la noche misteriosa
un galante trovador
sus endechas quejumbrosas
le canta a su amor.

Tus bellos ojos azules como turquesas
que lanzan esas miradas tan infernales.
Son ojos que más que ojos son dos puñales
que llevo clavados siempre en mi corazón.

Tu cuerpo, gentil Sultana de mis amores
que Dios modeló con nieve, nácar y rosa.
Parece el de una fantástica mariposa
volando graciosamente junto a un rosal.