Poema lunfardo
Música:
Letra: Norberto Ángel de Líbano Elorrieta
A mí me llaman porteño
por mi tono arrabalero,
fue un farol el lucero
que le dio luz a mi sueño,
Es como leño encendido
mi forma de chamuyar,
que no se puede apagar,
ni enterrarla en el olvido,
Cuando me llaman porteño,
a mí me causa placer
del Plata y su amanecer,
y el obelisco, soy el dueño,
Buenos Aires, sus veredas,
sus calles y sus balcones,
son las más bellas razones,
que a los porteños les queda,
Ser porteño es un orgullo,
del que nació ciudadano,
es el que tiende una mano,
y lo deschava el chamuyo,
Mezcla de asfalto y de yuyo,
de Riachuelo y rosedal,
del centro con su arrabal,
y del fuelle con su arrullo.
por mi tono arrabalero,
fue un farol el lucero
que le dio luz a mi sueño,
Es como leño encendido
mi forma de chamuyar,
que no se puede apagar,
ni enterrarla en el olvido,
Cuando me llaman porteño,
a mí me causa placer
del Plata y su amanecer,
y el obelisco, soy el dueño,
Buenos Aires, sus veredas,
sus calles y sus balcones,
son las más bellas razones,
que a los porteños les queda,
Ser porteño es un orgullo,
del que nació ciudadano,
es el que tiende una mano,
y lo deschava el chamuyo,
Mezcla de asfalto y de yuyo,
de Riachuelo y rosedal,
del centro con su arrabal,
y del fuelle con su arrullo.
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