Tango 1941
Música: Alberto Tavarozzi
Letra: Héctor Marcó
Siete puñales me clavaste en el
corazón,
siete mentiras me ofreciste por una pasión.
Pero en tu boca bebía,
¡sin saber que moría!
Tu amor fue breve como un lirio, pero al despertar,
ya estaba preso entre tus labios y logré al final,
rosario de una semana,
¡con siete cuentas!
Para llorar...
¡Ilusión!
Tuve el lunes de tu cita...
¡Tentación!
¡Viví el martes con tu beso!
Y al llegar ese miércoles, vidita,
deshojé una margarita
que en mis manos sollozó...
¡Fui feliz!
¡Al sentirte un jueves mía!
Y un temor
trajo en viernes mi quebranto.
¡Por tu amor!,
oyó el sábado mi llanto.
Y un... ¡domingo fatal!,
todo acabó...
Así pasaste por mi lado, caprichosa y cruel,
y del efímero almanaque de nuestro querer
brilla una fecha esculpida
con el dolor de mi vida...
Y en un rincón de mis recuerdos, para no morir,
donde las cosas olvidadas buscan protección,
hay siete dardos clavados
de una aventura
¡y una traición!...
siete mentiras me ofreciste por una pasión.
Pero en tu boca bebía,
¡sin saber que moría!
Tu amor fue breve como un lirio, pero al despertar,
ya estaba preso entre tus labios y logré al final,
rosario de una semana,
¡con siete cuentas!
Para llorar...
¡Ilusión!
Tuve el lunes de tu cita...
¡Tentación!
¡Viví el martes con tu beso!
Y al llegar ese miércoles, vidita,
deshojé una margarita
que en mis manos sollozó...
¡Fui feliz!
¡Al sentirte un jueves mía!
Y un temor
trajo en viernes mi quebranto.
¡Por tu amor!,
oyó el sábado mi llanto.
Y un... ¡domingo fatal!,
todo acabó...
Así pasaste por mi lado, caprichosa y cruel,
y del efímero almanaque de nuestro querer
brilla una fecha esculpida
con el dolor de mi vida...
Y en un rincón de mis recuerdos, para no morir,
donde las cosas olvidadas buscan protección,
hay siete dardos clavados
de una aventura
¡y una traición!...
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